viernes, 26 de febrero de 2010

DR. ROBERTSON


 

Nunca me acerque a decirle cuanto lo respeto, nunca le dije que lo admiro, nunca le dije que me hice fans del lunes por la tarde en que iba al hospital a disfrutar de ese pedacito de tiempo que me regalaba para conversar mientras veía por el microscopio vaya a saber que película de células inconclusas. Será por eso que partió sin despedirse. hombre que creció entre columnas, respetuoso de la libertad, de la palabra, hacedor del pensamiento, moldeador de jóvenes con valores. Mi querido Dr. Robertson.

A Tarija se le vaciaron las calles, la universidad de odontología quedo vacía, los sauces y los molles mezquinan sus sombras a los solitarios caminantes que no entienden por que los pájaros dejaron de cantar hoy. Los torpes e ignorantes que lo llamaban loco por que los hacía pensar no entendían que en el ejercicio del pensamiento les aguarda un futuro esclarecido. Mi querido dr. Robertson.

Las bagualas cabalgan en las guitarras por los carnavales de Tarija buscando su voz los compadres y las comadres caminan rengos en una eterna letanía en inconclusa procesión.

Mi querido Dr. Robertson en los senderos de esta vida quedo marcada su huella como una llama eternamente encendida que ilumina a un innúmero de jóvenes que después de Ud. tomaran las riendas para encaminarnos por un mundo mejor.

Lo recordare siempre como el gran hombre que fue , con sus virtudes, con sus carencias, con sus alegrías, con sus penas, con sus obras, con sus sueños inconclusos, lo recordare como mi profesor de patología. Respetuosamente .

Sergio a. durand