Verlos crecer, apoderándose de las situaciones es un desafío que me llena de orgullo. La vida se abre como una puerta de par en par invitándolos a cada paso a descubrir, sentir, jugar, aprender, cambiar, a crecer, y yo a sus lados con los ojos llenos de lagrimas acompañándolos en tan maravillosa contienda.
No dejo de pensar en lo maravilloso que es estar juntos en los roles que nos toca en esta ciudad por momentos gris y por momentos plagada de colores, llena de sorpresas agradables, en este mundo preñado de paisajes trascendentes, en estos días llenos de existencia, en estas noches con innúmero de estrellas.
Pensaba cuando nacieron, sus primeros pasos, el colegio o los colegios por los que pasamos jaja. Pensaba en las etapas. En sus logros. Pensaba en Uds, pensaba en mi y en esta dinámica que vamos dibujando cada día. En medio de errores, de aciertos, de risas y de llanto en medio de la vida esta que escogimos y que es tan linda y tan dulce.
Mientras disfruto un café, enciendo un pucho y lo fumo despacio, escucho tiramisú de limón de joaquín sabina. Sentado frente a una hoja en blanco sin saber que escribir. Pensaba justamente eso que la vida es como una hoja en blanco y quiero decirles, gracias por permitirme escribir la mía a sus lados mientras escriben la suya y que lindo es compartir algunos párrafos, entrelazar afectos y volar en libertad. los amo y doy gracias a dios de que estemos juntos.
sergio abel durand
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